Primera reflexión en mi diario, correspondiente al Bloque I de literatura:
Querida Ana, dentro de unos años, quizá menos, leerás esto y
te preguntarás, o eso espero, si realmente interiorizaste lo que realmente es
importante y aplicable en tu maravilloso trabajo como maestra.
En este primer bloque de literatura, aprendiste cosas muy
interesantes, eliminaste aprendizajes que tenías, que no eran del todo ciertos
y creaste/construiste otros nuevos.
En primer lugar supe identificar la literatura infantil con
la literatura de autor. No tenía ni idea de por qué la literatura infantil se llamaba también
literatura de autor. Ahora ya lo sabemos ¿verdad? La literatura infantil tiene
autor, porque no es folclórica. Ha sido escrita. Su objetivo es acercar a los
niños al placer y gusto de la lectura, para que puedan vivir una experiencia artístico-literaria.
Espero que lo estés haciendo bien.
Espero, también, que no se te haya olvidado que el niño, es
eso, un niño. No es un adulto. Tienes que darle las herramientas necesarias
para que piense por si mismo dentro de unos años. No debes dirigirle, ni
pautarle tu forma de entender y ver la vida. Debes simplemente, regalarles
herramientas, para que ellos se construyan. Tus alumnos no solo tienen un
sentido funcional, son mucho más que eso, lo sabes. Así que debes otorgarles el
placer de la lectura, sin condicionarles al significado moral que tiene ésta.
¡Ayúdales a descubrirlo! Te sorprenderán, bueno sé que lo hacen diariamente y
que todos los días tienes una anécdota nueva que contar en casa ¿verdad?
Espero que sigas acordándote de la evolución que ha tenido
la literatura infantil. No me voy a detener en recordártelo, solo quiero que
sepas que lleva desarrollándose desde el siglo
XV (con características muy distintas a las de hoy, ya que los niños no
se consideraban personas, cuando cumplían 8 años, ya eran considerados adultos.
Lleva cuidado, hoy en día sabes que se sigue haciendo. Son niños).
Quiero recordarte, que ya en el Siglo XVIII (y antes), hubo
personas que se volcaron en la educación y en el cambio de ésta, sin
preocuparse por el “qué dirán”. Es algo muy grande. Tú deberías seguir sus
pasos. Sabes que la educación es lo que te mueve, lo que te apasiona,
dedicarías tu vida entera a ella. Así que innova, cambia, no te conformes. Juan
Bautista de Lasalle, ya lo hizo en su momento ¿Por qué tu no?
Es un poco triste, volver la vista atrás y contemplar como
los niños carecían de interés en la sociedad. Solo se les intentaba adoctrinar
con pensamientos, ideas y conductas morales y didácticas, para que llegarán a
ser lo que los adultos pretendían.
Tienes mucha suerte de haber podido estudiar al niño como lo
que es. Sabes tratarles y tienes claro que tú eres una herramienta más, para
que ellos mismos logren el objetivo final, que no termina nunca.
La educación es un proceso sin fin, pero ellos mismos deben
aprender a educarse, con las herramientas que tu les ofrezcas. Deben
desarrollar un pensamiento libre y crítico. Como el que te ofrecieron a ti.
Los libros antes y su lectura, solo ofrecía un contenido
moral, nada de diversión o entretenimiento. Acuérdate de ofrecerles el gusto
por la lectura, por le mero entretenimiento. Es bonito.
Podemos poner muchos ejemplos: el padre Coloma (con sus
textos recogidos del folclore o sus textos morales), Fernan Caballero, el
editor Saturnino Calleja…son nombres que seguro tienen que sonarte y así me
gusta.
Ana. No puedes acercarte a los niños a través de la
literatura, si antes no te paras a conocerles. Su desarrollo, su mentalidad,
sus intereses, gustos, creatividad, capacidades, esperanzas, motivaciones,
incluso sus sueños…tienes que observar, conocer y luego acércate.
Lleva tiempo, dedicación, esfuerzo, no es conformista y
sabes que te implica más. Pero es por eso por lo que quisiste ser maestra. La
dedicación absoluta en los niños. Confío en mi Ana futura.
A lo largo de la historia de la literatura de autor
(infantil), observamos que el gusto por esta literatura, su avance y mejora,
dependen únicamente del interés por los niños que tenga el autor. Cuanto más
los conoce y más tiempo dedica en su estudio, mejor es su literatura y el fin que debe tener ésta (ejemplo de este
avance: Elena Fortun- “Cecilia”. “Antoñita la fantástica”, La Tomasica”…¡los
protagonistas ya son niños!).
En fin, no me interesa hacer un artículo de la evolución de
la literatura, por que sabes que ésta ha sufrido muchos cambios. Desde el
desconocimiento de lo que supone ser un niño, hasta su real estudio.
En la actualidad tenemos un problema. El conformismo. El no
querer esforzarnos por acercarnos a ellos. Lo que implica esfuerzo o tiempo
(como es el estudio de nuestros queridos alumnos), se deshecha…un gran error.
Pero sé que lo tienes claro. Ser maestra condiciona. Querer que tus alumnos se
deleiten en la lectura, es algo difícil, lleva esfuerzo, lecturas e historias
en alto, sacar conclusiones conjuntas (sin condicionarles previamente),
conocerles para saber lo que deben leer y les gustará…todo depende de cómo lo
hagas y su interés aumentará o desaparecerá.
Conoces los géneros
literarios que se dan en la literatura infantil. Llénate de ellos. Por favor no
te centres solo en la narrativa. La poesía puede llevarles a entender o ver la
vida desde otro punto de vista, les puede hacerse parar y reflexionar sobre
algo que no es tan obvio. Ayúdales a reflexionar, pero que lo hagan ellos. Leer
poesía. Encuentra poesías que sepas que puedan suscitar interés y
ofrécela.
Te apasiona leer, cuentas con esa ventaja.
No tienen por qué representar una obra teatral, pero
muéstrales lo entretenido que son las obras. No es tan fácil memorizar los
diálogos ¿verdad? Pues que aprendan a valorar el teatro ¡Qué vayan! O al menos
que vayan contigo (prepara una excursión…pero Ana, que no sea una obra mala,
por favor, que aburrido).
Ya habrás descubierto que las madres prefieren ir a Pilates
que leer a sus hijos…así que léeles tú (esa ventaja que tienes).
Deberías contarles una historia, todos los días. O leer un
cuento (por favor ya sabes cuales son correctos para ellos y cuales no, sé que
habrás dedicado tiempo), todos los días.
Consigue trasmitir tu gusto por la literatura y la
experiencia que adquieres de ella, su entretenimiento y el “pasar un buen
rato”. ¡Anda, esfuérzate! No decaigas, porque los demás estén dormidos y
cansados.
Verso, prosa…¡Qué más da! Si les conoces, sabes bien lo que
les gustará.
Pregúntales “¿Qué te gusta a ti de este poema?” y que
hablen. Aprenderás más de lo que creías saber, incluso sabrás que hay momentos
en los que tú no tengas más que añadirles o mostrarles.
Son niños pero…¡madre mía! Que lecciones reparten.
Finalizando. ¿Te ha quedado claro lo que debes hacer? La
literatura infantil, solo es literatura infantil, cuando coges la palabra
“infantil”, la estrujas y aprendes a
estudiar sus motivaciones, intereses, entretenimientos, diversiones, profundidades…cuando
les dedicas tiempo Ana.
Eso es lo que les hace falta, que alguien les dedique
tiempo.
Si no lo haces, la literatura infantil, que solo sirve para
que comiencen a degustar la lectura, será basura y no tendrá el fin que
debería.
¡ÁNIMO, QUE SONRÍAN TODOS LOS DÍAS Y…QUE LEAN! No es tan
complicado. Pero mírales. Mírales mucho, que muy pocos lo hacen.