Educar es lo mismo
que poner motor a una barco
hay que medir, pesar,
equilibrar
y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que
llevar en el alma
un poco de
marino…
un poco de
pirata…
un poco de
poeta…
y un kilo y
medio de paciencia
concentrada.
Pero es
consolador soñar
mientras uno
trabaja,
que ese barco,
ese niño
irá muy lejos
por el agua.
Soñar que ese
navío
llevará nuestra
carga de palabras
hacia puertos
distantes,
hacia islas
lejanas.
Soñar que
cuando un día
esté durmiendo
nuestra propia barca,
en barcos
nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.
Gabriel Celaya
G. Celaya siempre planteó la poesía como un medio para cambiar el mundo, dedicada siempre a "la inmensa mayoría".
Precioso !!
ResponderEliminarMe recuerda, sobre todo la segunda estrofa, un poco a lo de las recetas que nos han contado hoy en clase jaja
Puede que te lo copie y lo ponga en mi blog en alguna nueva entrada, con tu permiso claro! :)
¿No es un poema precioso? :)
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